¡A la verga ya con esta pinche balanza comercial de mierda! ¡No es posible que nos sigan cogiendo con tanta alegría y nosotros nomás digamos “gracias, chinitos, qué rico”! ¡No mames!
¡Cada año es una putiza distinta, y cada año nos ponemos de pechito! ¿Ya viste la puta gráfica? ¡Es un pinche testamento del ultra-cogidón económico que llevamos por dos pinches décadas! ¡No es una balanza, es una vergüenza con números!
Nosotros, bien bonitos, exportando una mierdita de cosas —como si fuéramos niños pidiendo limosna con una lata oxidada— y estos hijos de su rechingada madre nos atiborran de importaciones como si fuéramos su pinche basurero premium. ¡Y aún nos cobran por eso!
¡Mil trescientos treinta y ocho mil ochocientos setenta y nueve millones de dólares en importaciones desde China! ¡Uno punto tres putos billones, cabrón! ¿Qué chingados compramos? ¿Todo el AliExpress? ¿Cada cable, cargador culero y plástico barato que existe? ¡Parece que sí, porque no paramos!
¿Y las exportaciones? ¡Una pinche mamada de 116 mil 873 millones! ¡Eso no es nada! ¡Eso es lo que se gasta un gobernador en aviones y pedas de lujo en seis años! ¡Es una maldita burla!
¿Y los gobiernos? ¡Bien pinches gracias! Los muy culeros con sus discursitos de “diversificar mercados” y “relaciones estratégicas”, mientras la realidad es que nos están empinando como país bananero con tarjeta de crédito.
¡A la chingada con los acuerdos mal hechos, a la verga con la falta de política industrial, y que se vayan a la verga todos los que nos han tenido en esta posición de pendejos comerciales por años!
¡Ya basta de tragar mierda y sonreír! ¡Que México se ponga los pantalones, carajo!