¿¡Qué chingada puta verga es esta gráfica de mierda!? ¡¡Esto no es un análisis de nacimientos, esto es un monumento al pinche cinismo del sistema médico mexicano!! ¡¡Una radiografía del pinche desmadre, la comodidad y el puto abuso con bata blanca, cabrón!! ¡¡Pareciera que están armando bebés en línea de ensamblaje, no ayudando a nacer!!
¡Ve nomás esa curva de cesáreas! ¡No mames! ¡De 9 a 13 hrs parece que soltaron cupones de 2x1 en la puta sala de quirófano! ¿¡Qué es esto, una pinche promo del Buen Fin!? ¡¡¡8.77% a las 10am, hijos de su recontra perra madre!!! ¡¡¿Quién verga nace con precisión quirúrgica así sin que haya maña, cabrón?!! ¿Quién? ¡Nadie, chingada madre, NADIE!
Esto no es salud, esto es pinche hueva institucionalizada, es “que no me interrumpan mi cena, mejor le saco al bebé antes”, es “trae seguro de gastos médicos, vamos programando la cesárea, señora”, es “pásele, párese aquí, párese allá, ya nació su bebé, siguiente”. ¡¡Váyanse a la verga con su atención “humanizada”!! ¡¡Humanizada mis huevos!!
Y mientras tanto, las mujeres, las que sí paren como se debe —a gritos, llorando, con miedo y fuerza—, están ahí, invisibles, esperando horas, solas, sin anestesia, con médicos diciéndoles que “no se quejen tanto”, que “para abrir las piernas bien que pudieron”, ¡¡hijos de la rechingadísima verga, qué coraje, cabrón!!
Y todo esto lo respaldan con estadísticas bonitas, gráficas chulas pa’ que no se vea la podredumbre detrás del sistema. ¡¡HIPÓCRITAS DE MIERDA!! ¡Esto no es solo pinche estadística, es violencia, güey! ¡Es control de cuerpos, es capitalismo metido hasta en los ovarios, es sacarle lana al nacimiento mientras joden a quien pare!
¡¿Cómo chingados llegamos a este punto en el que un puto bebé ya no nace cuando le toca, sino cuando el doctor no tiene hueva?! ¡¿Cuándo verga dejamos que el milagro de nacer se volviera trámite con cita?! ¡¡NOS VIERON LA CARA, BANDA, Y LES SIGUEN PAGANDO!!
¡Esto es México, donde el parto es negocio y el dolor ajeno es rutina! ¡¡Donde el bisturí es más rentable que el respeto y la pinche dignidad humana vale menos que un café del Starbucks!!
Y al que le pique, que se lo rasque. Porque esto arde, encabrona y revienta. Y si no te emperras con esta chingadera… ¡¡entonces ya estás muy roto por dentro, cabrón!!