Hace un chingo de años, en una galaxia bien pinche lejana y más corrupta que una alcaldía chafa, vivía un cabrón que se llamaba Darth Plagueis, pero todos le decían el puto sabio, porque el güey era una pinche verga con la Fuerza. Neta, el vato no era cualquier Sith de esos que nomás andan haciendo ojitos malos. No, este cabrón descifró cómo chingados vencer a la pinche muerte. ¿Te imaginas? El güey podía revivir banda, evitar que la gente la palmara, y hasta crear vida desde la nada. ¡Así de puerquísimo estaba el pedo!
Pero como todo pinche genio loco, era más paranoico que tu ex cuando no le contestas el WhatsApp. El güey quería poder eterno, sí, pero también era un pinche codo emocional. No quería compartir todo el desmadre con nadie… excepto con su aprendiz: un morro ambicioso, lamihuevos de primera, que se hacía el pendejo mientras planeaba chingárselo desde el día uno. Ese morro era nada más y nada menos que el pinche Palpatine, alias Darth Sidious, alias el culero más ojete de toda la saga.
Entonces ahí los tienes: el maestro bien confiado y el aprendiz todo traicionero. Plagueis le enseñó todos sus trucos, como si fuera su hijo favorito: “mira, mijo, así se manipula la Fuerza, y así se juega con la muerte”. Y el Sidious, sonriéndole con cara de: “a huevo, papi”, mientras pensaba: “nomás que te me duermas, perro, y vas pa’l panteón”.
Y huevos, que una noche, mientras estaban en su penthouse Sith, echándose unos drinks y hablando de dominar la pinche galaxia, el Plagueis se empeda tantito, se duerme con su carota de confianza, y ¡ZAZ, CABRÓN! Que el Sidious lo revienta mientras dormía. Así, sin drama, sin pelea, sin avisar. Lo mató a la verga, como si fuera una pinche cucaracha. ¡Ni una pinche despedida, güey!
Y ahí está el pinche chiste del universo: el cabrón que descubrió cómo engañar a la muerte… no pudo salvarse ni de una pinche puñalada en su siesta. ¡Qué pinche ironía tan hija de la chingada!
Moraleja, wey: No le enseñes todos tus pinches trucos a nadie, ni aunque te digan “mi Lord” con voz sexy. Todos son traicioneros cuando el poder está de por medio, y más si eres un pinche Sith. En el lado oscuro no hay amigos, sólo chingones… y chingados.