¡Qué pedo, banda! Aquí su servidor, un tlacuache nómada, pacheco por naturaleza y cronista oficial del desmadre mesoamericano. Les vengo a contar la neta, la chingada y la pura mamada sobre Malintzin, alias la Malinche, alias la Doña Marina, alias “la traidora” pa’ los ardidos que no aguantan vara.
🎭 El principio del desmadre
Por allá de 1500 y cacho, antes de que los españoles vinieran a meter su pito imperial en tierras mexicas, nació esta morrita. Era noble, sí señor, de sangre fina. Pero como siempre, el pinche sistema patriarcal prehispánico estaba podrido hasta la madre. Su jefa se volvió a rejuntar con otro cabrón y a la Malinche la vendieron como si fuera un pinche kilo de nopal con espinas.
Pasó de dueño en dueño como si fuera USB con mucha info, hasta que un día, después de una putiza entre mayas y Cortés y sus cholos con armadura, se la regalan a los gachupines junto con otras morras, así de culeramente, como “agradecimiento”. Y que la agarra el pinche Hernán Cortés, ese vato con cara de ratón de iglesia y alma de cabrón colonizador.
🧠 La morra más verga de toda la pinche conquista
Pero espérate, ahí no acaba. La Malinche no dijo: “ay, ya me cogieron la vida”, ¡ni madres! La doña era una chingonería de cerebro: hablaba náhuatl, maya, y en chinga aprendió español. Se volvió la traductora, vocera, jefa de relaciones públicas, la chingona oficial del equipo colonizador. Ella le susurraba al oído al pinche Cortés, y ese güey, sin ella, no encontraba ni su pito en una orgía.
Ella le dijo quién era Moctezuma, cómo se movían los mexicas, cómo puteárselos estratégicamente, y mientras todos estaban peleando con macuahuitl y flechitas, ella estaba rompiendo madres con puro verbo afilado como obsidiana. ¡Verbo mata lanza, putos!
🤬 ¿Traidora? ¡Chinguen a su madre!
Muchos pendejos la acusan de traidora, pero a ver, tú, pendejito que vive en el siglo XXI y se cree historiador por ver TikToks, ¿tú qué hubieras hecho? ¿Confiar en un imperio mexica que te vendió como si fueras vaca vieja? ¿Quedarte como esclava toda tu vida o usar tu pinche inteligencia pa’ salir del hoyo?
Ella jugó con las cartas que le tocó. Y no mames, las jugó como reina del ajedrez en una mesa llena de culeros. A los mexicas ya se los querían chingar todos los pueblos porque eran unos ojetes. Ella nada más fue la chispa que encendió la pinche fogata que ya estaba más seca que tortilla de ayer.
👶 El chamaco y el final de la historia
Y sí, se echó al Cortés. Y sí, tuvieron un morrito, el Martín Cortés, el primer mestizo, el primer “hijo del desmadre”, el primer hijo del “chingón con la chingada”. Y luego, el Cortés, como todo cabrón europeo con complejo de Dios, se fue a embarazar otras, pero la Malinche ya tenía su nombre tatuado en la historia, aunque fuera con sangre, saliva y mentadas de madre.
Nadie sabe exactamente cómo murió, pero lo que sí es que murió como vivió: cabrona, astuta, y dejando huella aunque les arda el culo a muchos.
🗣️ Epílogo del Tlacuache Maldito:
Así que la próxima vez que alguien te diga que la Malinche fue una vendida, tú dile:
“¡Vendida tu puta madre, pendejo! Esa morra salvó su vida, rompió el sistema, y sin ella ni tú existirías, pinche mestizo con Wi-Fi.”
¡Órale pues! Yo me largo de aquí, que ya huele a historia mal contada y a frijoles quemados. Pero recuerda: la Malinche no traicionó, se la rifó con ovarios del tamaño del Popocatépetl.