EXPEDIENTE: CH1NG4TUM4DR3-069
FECHA: 15 de junio del 2025
HORA: 20:13 hrs (hora del desvergue)
LUGAR: Puesto de quesadillas “Doña Pelos la Chingona”, calle de los Pendejitos #666, Colonia Condesa, Ciudad de los Chairos con Dinero
RELATO DE LOS HECHOS:
A ver cabrones, agárrense.
Siendo las pinches ocho de la noche con trece minutos de un sábado cualquiera, mientras la Condesa olía a mezcal, humedad y pretensión, se abrió el cielo (literalmente) y aterrizó una puta nave espacial del tamaño de un Oxxo premium. De ahí se bajó un pinche alien, todo galán, brilloso y con una actitud de “yo cago estrellas”. Bien propio el hijo de su galaxia.
Llega al puesto de Doña Pelos, institución culinaria de resistencia proletaria, y sin siquiera parpadear pide una quesadilla de flor de calabaza. Hasta ahí todo bonito, parecía que el turismo interplanetario por fin iba a dejar lana. Doña Pelos, con las manos llenas de masa y dignidad, le arma su quesadilla.
El wey le da la primer mordida y se caga… pero no de gusto, se emputa en idioma marciano. Se le ve la cara como si hubiera probado caca de Komodo. Y en chinga empieza a reclamar que “¡¿dónde vergas está el queso?!”
Doña Pelos, más curtida que su comal y con una voz que haría llorar a Chuck Norris, le dice sin pelos en la lengua: —“Aquí en la pinche CDMX el queso se pide, no se asume, pendejo.”
Y ahí explotó la bomba de los malentendidos intergalácticos.
El alien se le pone al pedo, empieza a emitir ruidos raros, como modem de Telmex en pleno orgasmo. Se arma el DESMADRAZO. La raza se amontona. Una morra intenta grabar pa’ subirlo a su Insta “Foodie Ancestral” y termina empanizada de aceite rancio. Un güey con poncho de cáñamo intenta calmar al alien con un canto navajo, pero le escupe encima.
Total, se arma la campal verbal: queso sí, queso no, tradición o modernidad, “pinches terrícolas son unos mamones”, “tu planeta está sobrevalorado”, etc.
Se solicita unidad. Llega la patrulla con los compas del sector, uno todavía masticando chicharrón prensado. Intentan razonar con el alien, pero está bien emperrado. Entonces, le aplican el protocolo máximo de contención emocional chingona: le ofrecen un bolillo pa’l susto.
El alien lo agarra, lo huele, lo prueba… y se calma. Pinche pan mágico, debería estar en la ONU.
Después de reflexionar con la mirada al horizonte y una mueca de decepción universal, el alien se resigna, acepta que en esta ciudad las cosas se piden con huevos, y que si no dices “con queso”, te chingas.
Se sube a su nave diplomática, lanza un escupitajo intergaláctico en señal de desdén, y se larga del planeta no sin antes gritar algo como “¡Chinguen a su madre, capitalinos!” en idioma de burbujas y luces.
EVIDENCIA:
- Video 4K grabado por la usuaria “@queso_fckrs” en TikTok (ya con 3M de vistas y subiendo).
- Restos del bolillo (con saliva alienígena que huele a vainilla y tristeza).
- Testimonio de Doña Pelos: “Pues yo qué chingados, que hablen claro, no estoy pa’ adivinar antojos cósmicos.”
- Declaración del oficial Gómez: “Primera vez que calmo a un marciano con pan, la neta ya me siento terapeuta interplanetario.”
- Reporte del INAH: el aceite del comal tiene rastros de tres civilizaciones extintas.
RECOMENDACIONES:
- Hacer campaña intergaláctica: “Pide el pinche queso, no seas imbécil.”
- Declarar el bolillo patrimonio de la paz universal.
- Incluir clases de usos y costumbres chilangos en el tratado de la Federación Galáctica.
- Clausurar la Condesa y mandarla a chingar a su madre. Neta ya, demasiados cafés sin café, perros con carriolas y humanos que se creen plantas.
- Condecorar a Doña Pelos por su aguante y su tortilla sin fronteras.
FIRMA:
Sargento “El Garras” Macías
Unidad de Mamadas Interestelares (UMI)
“Por una ciudad sin queso, pero con huevos.”