Paso 1: Siembra la jodida papa como hombre, no como débil
Agarra un pedazo de tierra que no esté más jodido que tu vida. Cava un hoyo de 15 cm como si enterraras tus pinches excusas. Consigue una papa decente, no esas mierdas arrugadas que tienes en la cocina porque eres un tacaño. Córtala en pedazos, cada uno con un par de ojos, porque sí, cabrón, las papas tienen más visión que tú. Échale abono orgánico, no esa basura química que huele a laboratorio de metanfetaminas. Planta esos pedazos a 30 cm de distancia, cúbrelos con tierra y no la cagues siendo un inútil total.
Paso 2: Cuida tus papas como si fueran lo único que no has arruinado
¡No seas pendejo! Esas papas no crecen solas, como tu barriga. Riega la tierra, pero no la inundes, carajo, que no son ranas. Arranca las putas hierbas que se quieran apoderar de tu terreno, esas cabronas son peores que tus deudas. Apila más tierra cuando las plantas empiecen a salir, como si las arroparas para que no se mueran de frío como tu dignidad. Protégelas de los pinches bichos con neem o algo que no sea veneno de rata. En 3-4 meses, cuando las plantas estén más muertas que tus ambiciones, sácalas de la tierra.
Paso 3: Cosecha sin apuñalarlas, idiota
Toma una pala y cava con cuidado, no vayas a destrozar las papas como destrozaste tus relaciones. Saca esas joyas terrosas, límpialas con las manos, no seas una princesita que necesita guantes. Escoge las papas más chidas, no las que parecen tu cara después de una cruda. Lávalas bien, que no queden más sucias que tu historial de citas.
Paso 4: Corta y fríe, no seas un puto desastre
Pela las papas si quieres, pero con cáscara tienen más huevos que tú. Córtalas en tiras de medio centímetro, todas iguales, no como tu vida que es un desmadre total. Mételas en agua fría por 30 minutos para sacarles el almidón, porque si no, se joden como tu autoestima. Sécalas bien, que no queden más mojadas que tus lágrimas cuando te rechazan.
Calienta aceite de aguacate o canola (no uses esa mierda de aceite vegetal que sabe a llanta quemada) a 160°C. Fríe las papas en tandas, no las amontones como tus problemas sin resolver. Dales 5-7 minutos hasta que estén suaves pero no doradas. Sácalas, escúrrelas en papel absorbente y déjalas enfriar como tu vida social. Luego, sube el aceite a 190°C y fríelas otra vez hasta que estén crujientes como el corazón de tu ex. Escúrrelas, échales sal de mar (no esa sal de mesa de mierda que usas) y prepárate para gozar.
Salsas: Qué sí y qué es una mierda absoluta
- Salsas que no te hacen quedar como pendejo:
- Catsup casero, hecho con tomates frescos, vinagre y un toque de azúcar morena, no esa basura de Heinz que sabe a diabetes y arrepentimiento.
- Mayonesa con ajo rostizado, porque el ajo es la neta y tú eres una mierda.
- Salsa picante artesanal con chiles de verdad, no esas porquerías embotelladas que saben a vinagre de cloaca.
- Aioli de chipotle, porque pega más fuerte que tu jefe cuando te regaña.
 
- Salsas que son una ofensa a la humanidad:
- Catsup de marca barata, puro azúcar y miseria, como tu existencia.
- Mostaza genérica, que sabe a plástico y a las lágrimas de un payaso.
- Salsa BBQ de bote, que es como lamer un cenicero con miel.
- Cualquier mierda que venga en un sobre o en un envase de plástico que grita “cagada industrial”.
 
Remata como hombre, no como débil
Sírvelas calientes, no las dejes enfriar como tu vida amorosa. Acompáñalas con una cerveza que valga la pena, no con un refresco de dieta que sabe a derrota existencial. Estas papas son el resultado de no ser un completo inútil por una vez en tu pinche vida. ¡Chíngatelas y deja de comprar esas papas prehechas que son un puto insulto al universo!
Si la cagas, no vengas a llorarme, mejor regrésate a tu microondas y tus papas de bolsa que saben a fracaso. ¡Ponte vergas, cabrón!
